Héctor Manuel Vázquez Ayala.
Taller de lectura y redacción.
MIV- U2-Actividad2. Creación de un texto.
13 de noviembre de 2010.
ESPANTA, LA GATA QUE
VOLVIO A NACER.
Esta historia
narra como es posible sobrevivir ante las circunstancias mas adversas que se
puedan presentar en la vida y como no todo es malo.
Era una noche
como cualquier otra de invierno, fría y obscura; una noche de esas en las que
hasta las criaturas mas horribles tienen miedo de salir.
De entre unas
piedras y plantas silvestres aparecen
dos bolas de fuego que parecen avanzar entre la obscuridad, pero no, no son
bolas de fuego, son los ojos de una pequeña gatita que fue abandonada por unos
crueles humanos, insensibles y desnaturalizados.
Avanzando por el
jardín de una casa, brinca y maúlla de hambre, frio y miedo; ella no sabe lo
que ocurre pero extraña a su mami y a sus hermanitos. Ella solo recuerda
que estaba dormida en los brazos de su
mamita y cuando despertó se encontró entre la obscuridad y la hierba. Ella solo
quiere sentir calorcito y un rico sabor a leche tibia, sigue caminando, pero no
logra entender ni encontrar nada que le indique donde esta su familia.
De pronto todo
vuelve a ser confusión, siente entre la obscuridad que algo la atrapa y quiere
devorarla; siente su pequeño cuerpecito
crujir, el dolor y la desesperación la hacen patalear y lanzar arañazos
a diestra y siniestra, pero no logra ver nada, solo se sabe atrapada entre algo
que la lastima, escucha gritos, ladridos y de pronto todo a su alrededor se
desvanece y ya no siente nada mas, solo se da cuenta que unas manos fuertes la
salvan de entre los dientes de una
horrible fiera; todo gira y cae en un enorme hoyo negro que gira y gira sin
tener fin, todo queda en absoluto silencio.
Una voz, fuertes
luces en sus ojos, pero sobre todo, un insoportable dolor de cuerpo la
despierta.
Que sucedió,
donde esta y que hace allí?
Abre los ojos y siente
una manos que la sostienen y tratan de darle de comer algo, su instinto le
indica que tiene que defenderse, lanza un arañazo después un gruñido, se aleja
hacia un rincón y continua gruñendo y lanzando arañazos al dueño de esa mano. No tratan de acercársele, solo
le dejan un recipiente con rica leche y unas bolitas que después comprobarían
que le gustan.
Pasan los días y
observa como las personas que viven en ese lugar la alimentan y tratan de
acercársele, pero ella aun no tiene la
confianza total como para dejar que la toquen, teme que la vuelvan a abandonar
en algún lugar obscuro y desconocido como la vez que cayo en ese túnel obscuro
y que la llevo a ese sitio.
Han pasado varias
semanas, sus temores se han esfumado, el dolor ha desaparecido y se siente
recuperada y con cierta confianza como para dejarse acariciar. Dos adultos y
dos niños son los que ha podido ver que hay en la casa; ha decidido acercarse y
agradecer los cuidados que han tenido con ella. Hmm, que bien se sienten esas
suaves manos sobre su lomito recuperado, al parecer ha encontrado un nuevo
hogar.
Los niños y los
adultos la tratan bien, le dan de comer, la dejan pasar a las recamaras y la
llaman de una manera singular, le dicen “ESPANTA”, según lo que ha podido
escuchar es debido a la reacción que tenia cuando intentaban salvarla de los
feroces perros que querían devorarla o cuando querían agarrarla para curarla y
darle de comer, cualquier movimiento o ruido la espantaba.
Hoy, después de
mas de dos años de aquella noche de “ESPANTO”, tiene un lugar calientito donde
dormir, rica comida y sobre todo una familia que la cuida y la quiere como un
miembro mas de la familia, hoy solo le causan “ESPANTO”, los perros, pero no
hay problema porque su familia la defenderá.
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