domingo, 29 de abril de 2012

SPANTA


Héctor Manuel Vázquez Ayala.
Taller de lectura y redacción.
MIV- U2-Actividad2. Creación de un texto.
13 de noviembre de 2010.


ESPANTA, LA GATA QUE VOLVIO A NACER.


Esta historia narra como es posible sobrevivir ante las circunstancias mas adversas que se puedan presentar en la vida y como no todo es malo.

Era una noche como cualquier otra de invierno, fría y obscura; una noche de esas en las que hasta las criaturas mas horribles tienen miedo de salir.
De entre unas piedras y plantas silvestres  aparecen dos bolas de fuego que parecen avanzar entre la obscuridad, pero no, no son bolas de fuego, son los ojos de una pequeña gatita que fue abandonada por unos crueles humanos, insensibles y desnaturalizados.
Avanzando por el jardín de una casa, brinca y maúlla de hambre, frio y miedo; ella no sabe lo que ocurre pero extraña a su mami y a sus hermanitos. Ella solo recuerda que  estaba dormida en los brazos de su mamita y cuando despertó se encontró entre la obscuridad y la hierba. Ella solo quiere sentir calorcito y un rico sabor a leche tibia, sigue caminando, pero no logra entender ni encontrar nada que le indique donde esta su familia.

De pronto todo vuelve a ser confusión, siente entre la obscuridad que algo la atrapa y quiere devorarla; siente su pequeño cuerpecito   crujir, el dolor y la desesperación la hacen patalear y lanzar arañazos a diestra y siniestra, pero no logra ver nada, solo se sabe atrapada entre algo que la lastima, escucha gritos, ladridos y de pronto todo a su alrededor se desvanece y ya no siente nada mas, solo se da cuenta que unas manos fuertes la salvan de entre los dientes  de una horrible fiera; todo gira y cae en un enorme hoyo negro que gira y gira sin tener fin, todo queda en absoluto silencio.

Una voz, fuertes luces en sus ojos, pero sobre todo, un insoportable dolor de cuerpo la despierta.
Que sucedió, donde esta y que hace allí?
Abre los ojos y siente una manos que la sostienen y tratan de darle de comer algo, su instinto le indica que tiene que defenderse, lanza un arañazo después un gruñido, se aleja hacia un rincón y continua gruñendo y lanzando arañazos al dueño de esa mano. No tratan de acercársele, solo le dejan un recipiente con rica leche y unas bolitas que después comprobarían que le gustan.

Pasan los días y observa como las personas que viven en ese lugar la alimentan y tratan de acercársele, pero ella aun no  tiene la confianza total como para dejar que la toquen, teme que la vuelvan a abandonar en algún lugar obscuro y desconocido como la vez que cayo en ese túnel obscuro y que la llevo a ese sitio.

Han pasado varias semanas, sus temores se han esfumado, el dolor ha desaparecido y se siente recuperada y con cierta confianza como para dejarse acariciar. Dos adultos y dos niños son los que ha podido ver que hay en la casa; ha decidido acercarse y agradecer los cuidados que han tenido con ella. Hmm, que bien se sienten esas suaves manos sobre su lomito recuperado, al parecer ha encontrado un nuevo hogar.

Los niños y los adultos la tratan bien, le dan de comer, la dejan pasar a las recamaras y la llaman de una manera singular, le dicen “ESPANTA”, según lo que ha podido escuchar es debido a la reacción que tenia cuando intentaban salvarla de los feroces perros que querían devorarla o cuando querían agarrarla para curarla y darle de comer, cualquier movimiento o ruido la espantaba.

Hoy, después de mas de dos años de aquella noche de “ESPANTO”, tiene un lugar calientito donde dormir, rica comida y sobre todo una familia que la cuida y la quiere como un miembro mas de la familia, hoy solo le causan “ESPANTO”, los perros, pero no hay problema porque su familia la defenderá.


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