Mr. Owl
Todos los días al
levantarme me hago la misma pregunta una y otra vez… ¿para que vivo?...y espero
respuesta pero lo único que recibo a cambio es silencio, nadie me responde, a
nadie le importa el por que o el para que, nunca hay respuesta solo silencio.
Hoy como cada día
me hice la misma pregunta, ¿para que vivo?, pero justo hoy no recibí la misma
respuesta, hoy recibí un silencio diferente, un silencio que me dio una
respuesta, una repuesta que aun no escucho.
Cuando baje a
desayunar como todos los días, me encontré con lo mismo de siempre no había
nadie en casa, así que solamente desayune rápido y me fui a la escuela. Durante
el resto de la mañana todo siguió su curso igual que siempre.
Regrese a casa
dispuesta a hacer lo mismo que hago todos los días tarea, comer, limpiar,
etcétera. Pero cuando llegue sentí que no tenía ganas, ni fuerzas, que estaba harta
de hacer siempre lo mismo. Para que lo hacia si siempre estaba sola, nunca
había nadie. Así que pensé en ir a dar un paseo por el bosque que se encuentra
cerca de mi casa.
Mientras iba
caminando por sendero entre el bosque e iba tratando de prender un cigarrillo-
sé que no tengo edad para eso, también tengo varios tatuajes, de vez en cuando
me drogo o tomo, pero no hago nada de eso para llamar la atención ni nada por
el estilo, todo lo que hago es por que
quiero, por que eso me hace sentir bien, me hace sentir yo misma, me encantan
los tatuajes, por que eso soy yo, yo misma sé que esto no esta bien, pero no me importa, ha
nadie le importa lo que haga o me pase, nunca a nadie le he importado, es por
eso que siempre estoy sola, que no tengo amigos, que evito a las personas y que
hasta ahora he hecho lo que he deseado un tatuaje y un poco de droga. Nadie
sabe que hago eso, ni siquiera mis padres y menos el resto de las personas que
me rodean, todos ellos lo único que ven de mi es alguien tímido que no habla
con nadie a menos que sea necesario y a alguien que creen un fenómeno, por no
comportarme como ellos esperan o quieren.- en todo eso iba pensando mientras
seguía caminando y que sin darme cuenta me había adentrado demasiado en el
bosque y cada vez se estaba haciendo mas oscuro.
Tire la colilla de
cigarro que me quedaba y empecé a caminar de regreso por el camino donde iba.
Cuando caminaba de
regreso escuche unos ruidos extraños entre los arboles que se encontraban a un
lado del camino, hasta ese momento no me había percatado de que era observada
por algo o alguien. Pensé en echarme a correr, pero justo cuando estaba por
hacerlo regrese la mirada hacia los arboles donde me percate de que unos
hermosos e hipnotizantes ojos verdes que me observaban con mucha intensidad.
Me quede
observándolos por lo que fueron horas, minutos o segundos, no se cuanto tiempo
paso, ya que cuando pude apartar la mirada me di cuenta de que todo se había
vuelto oscuro. Volví la mirada hacia los ojos que aun me observaban, duraron
observándome por un instante mas para después desaparecer seguidos de unas
tipos de pisadas.
Como no sabia que
hacer, todo estaba oscuro y me encontraba en medio de la nada, decidí seguir a
lo que me había estado observando, así que me adentre entre los arboles,
caminando lo mas rápido que pude para poder alcanzarlo.
Camine y camine
siguiendo los ruidos hasta que me di cuenta de que lo único que estaba haciendo
era perderme más dentro del bosque, seguí caminando sin importarme ya si me
perdía o no, cuando de repente mi pierna se enredo con una rama haciendo caer y
rodar por una bajada hasta que me pare con un árbol golpeando mi cabeza y todo
se volvió más oscuro de lo que ya estaba.
No se cuanto
tiempo paso desde que perdí la conciencia hasta que empecé a escuchar murmullos
a mi alrededor.
Fui abriendo los
ojos y pude ir distinguiendo una silueta, al principio la veía borrosa y
conforme me iba adaptando a la luz se volvió más clara.
Frente a mi se
encontraba una persona vestida de negro o eso parecía por que lo único que
podía ver eran sus ojos, lo mismos que había perseguido la noche anterior.
Me observaban de
nuevo fijamente como esperando a que me moviera, pero no sabia que hacer, si
moverme o no, pues no sabia que era realmente lo que me estaba observando por
sus ojos parecía que podía ser un humano pero no sé, me daba la impresión de
que no lo era, su ropa o lo que lo cubría y no me permitía verlo. Lo tapaba
completamente incluso parecía como si trajera antifaz.
Me incorpore de donde me encontraba
recostada, para poder verlo mejor, mientras yo hacia esto él se alejaba un poco
de mí.
“hola” le dije,
pero el no respondió. Solo se quedo ahí viéndome como lo había estado haciendo
desde que lo vi por primera vez. Como el no respondió me puse a observar a mi
alrededor. Me di cuenta de que estaba en una especie de cuarto donde lo único
que había era la cama en donde yo estaba y una ventana que le daba luz al
cuarto, en las paredes viejas se podían ver restos de lo que había sido un
tapiz de flores.
Él seguía
observándome, esto empezaba a cansarme, ¿Qué no sabia hacer otra cosa? No me
incomodaba que me mirara de esa manera, al contrario me hacia sentir segura
algo que nunca antes había sentido en ningún otro lado o con ninguna otra
persona. Pensé en hacerle una pregunta, pero no sabia si me respondería o no,
de cualquier manera la hice.
“¿en donde estoy?,
le pregunte. Pasaron varios minutos y no me respondía hasta que hice ademan de
levantarme y sentí un fuerte dolor en mi nuca, lo cual hizo que me quejara y
quedara recostada otra vez en la cama, él respondió.
“¿Dónde quieres
estar?”, contestó. Yo no sabia que decir, pues quede en shock al escuchar su
voz. Era hermosa, tenía un toque rasposo, ronco y al mismo tiempo dulce.
Desde ese momento
me di cuenta de que de esa hermosa voz podría escuchar la respuesta que tanto
había esperado, la respuesta que el día anterior me habían dado pero que no
había podido escuchar.
Durante los
siguientes días “él” como lo llamaba en mi mente -ya que nunca me dijo su
nombre-, como nunca respondió mi pregunta, por mi misma descubrí que estaba en
una casa vieja y abandonada en medio del bosque. Él me daba de comer, ropa y
todo lo que necesitaba, pero aun así yo sabia que me tenía que ir que no me
podía quedar para siempre con él con un desconocido y con alguien o algo que ni
siquiera estaba segura de lo que era. Pero cada vez que trataba de escapar o
irme había algo que no me dejaba hacerlo. Todo era muy raro, él era muy raro,
pero me gustaba estar ahí, él hablaba conmigo, me contaba cosas, historias
fantasiosas de hadas, búhos y libélulas pues él sabía que me gustaban por mis
tatuajes. Cada vez que trataba de preguntarle algo sobre él, siempre me
respondía con preguntas como: ¿Dónde quieres estar?, ¿Quién quieres que sea?,
¿Cómo quieres que me llame? Y muchas más de esas.
A pesar de todo,
de que no tenía respuestas si no mas preguntas. Me fui dando cuenta de que cada
día que pasaba me iba encariñando mas con ese extraño, ya no me importaba lo
que fuera o dejara de ser, ni mi familia, mi casa o lo que sea que me estuviera
esperando, pues ni siquiera estaba segura de que eso me estuviera esperando, ya
no me quería ir y me quería quedar siempre aquí, para siempre con esos ojos
verdes.
Un día al
despertarme me percate de que estaba sola él no estaba como siempre esperando a
que abriera los ojos para hablar conmigo, no había nadie, me levante y empecé a
buscarlo por todos lados.
Cuando me estaba
cansando de buscarlo, escuche unos ruidos que venían de afuera de la casa.
Cuando me estaba
acercando a los ruidos pude ver que ahí estaba él dándome la espalda, con la
mirada fija en el árbol que tenia enfrente. Ya no traía la misma ropa que lo
cubría, ahora se podía ver un poco mas allá de lo que me mostraba.
Él aparentemente
era un hombre o eso se podía ver en lo que tenia descubierto. Solo se podía
distinguir su cabello, no veía el color, pero era un poco largo, la piel de su
cuello era pálida y dejaba ver el inicio de un tatuaje. Como el parecía que no
se había percatado de mi presencia, me acerque y le hable.
“¿Qué haces aquí?”,
le pregunte, sin embargo, él no respondió. Como no lo hizo, toque su hombro,
nunca antes lo había tocado, y cuando lo toque, fue una sensación extraña, por
que era como si tocara algo, pero al mismo tiempo no tocara nada. Cuando estaba
por tratar de ver que era lo que supuestamente había tocado, su voz me
interrumpió.
“Esperándote”.
Cuando volteo a mirarme, fijo sus ojos en mí, pero en esa mirada había algo
diferente, algo a lo que siempre había temido, algo de lo que por años había
huido y que ahora volvía a acecharme. Me sonrió mostrándome la sonrisa más
hermosa y más horrible que yo pudiera imaginar.
En ese momento lo
único que hice fue correr, correr hacia cualquier lado, queriéndome alejar, de
eso que tanto temía y que tanto quería.
Cuando me di
cuenta de que nunca iba a escapar y de que mis piernas ya no me respondían, me
deje caer, ya no tenia más que hacer, él lo había dicho cuando se fue y ahora
el volvía para cumplirlo.
Cuando yo tenía 8 años con mi madre
habíamos ido de paseo a un parque fuera de la ciudad donde había muchos tipos
de aves e insectos.
Cuando me encontraba jugando entre unos
arboles, mientras mi mamá jugaba con mi hermano, me encontré con un camino de
plumas negras y la fui siguiendo, hasta que encontré de donde venían esas
plumas. Las plumas se le habían caído a un ave que parecía un búho, pero ese
búho tenia los ojos verdes, ningún búho o ave que yo supiera, tenia ojos de ese
color, pero lo mas raro de todo, es que sus ojos no eran precisamente de búho
si no como de un humano. Me habían mirado tan fijamente, que parecía que
estuviera viendo a un humano y no a un ave.
El ave estaba lastimada, por eso se le
habían caído todas esas plumas. La levante y me la lleve conmigo, mi madre no
había dicho nada e incluso creo que ni siquiera veía sus ojos como yo.
Paso un tiempo y el ave se curo, se
había convertido en mi mascota y se podría decir que en mi mejor amigo.
Pero un día todo cambio, mi vida
cambio.
Mr. Owl, como yo lo llama había estado
inquieto y tenia una mirada extraña. Ese día me encontraba sola en mi casa con
mi hermano, lo estaba cuidando él era dos años menor que yo.
Mientras yo estaba en la parte de abajo
viendo la televisión, mi hermano estaba jugando arriba en su cuarto y Mr. Owl
se encontraba en mi cuarto.
De un momento a otro empecé a escuchar
gritos de mi hermano y de mi ave. Así que subí corriendo para ver que pasaba.
Los gritos venían de mi cuarto. Cuando me asome, los gritos dejaron de
escucharse y pude ver que Mr. Owl parado en la ventana, observando algo hacia
el suelo fuera de la ventana, me acerque y pude apreciar al cuerpo de mi
hermano tirado con un golpe en la cabeza.
Cuando voltee a ver a Mr. Owl, me
observaba de nuevo, pero ya no era un búho si no una persona, un hombre alto
con piel blanca y ojos verdes. En ese momento me di cuenta de que él no era lo
que yo siempre pensé, de hecho yo lo sabia, pero nunca lo quise ver.
En ese momento por mi cuerpo pasaron
miles de sensaciones seguridad, dolor, felicidad, triste y miedo mucho miedo.
De lo que paso después de a ver visto
eso no recuerdo mucho, todo se volvió borroso y lo único que mas recuerdo fue
lo que el me susurro antes de que yo viera todo oscuro.
Él dijo: “Espero, el momento que estés
sola”, eso nunca lo olvide.
Cuando desperté me encontraba en mi
cuarto, pensé que todo lo que había pasado había sido un sueño. Pero no fue
así, había sido real.
Mis padres me culparon de a ver
aventado a mi hermano por la ventana, pues las pruebas que hicieron resultaron
en que había sido empujado. Mr. Owl no estaba, se había escapado y desde eso
momentos todos se olvidaron de mí. Siempre estaba sola, nunca se preocupaban
por mí, yo sabia que me odiaban por lo que paso y pues nadie me creyó cuando
les conté lo que había pasado. Desde ese entonces me obligue a mi misma a
olvidar todo, a no hablar o pensar en nada que me recordara eso, en eso incluí
hacer como si nunca hubiera tenido un hermano y me refugie en lo que me
convertí.
Cuando abrí los
ojos de nuevo él estaba ahí. Sabia lo que iba a hacer solo esperaba que lo
hiciera rápido. También sabía que ahora tenía la respuesta a mi pregunta de
siempre, siempre la tuve pero no lo sabía. En ese instante supe la respuesta,
supe que todos vivimos por algo.
Yo vivo para estar
sola, él lo dijo cuando se fue. Él se cruzo en mi vida para cambiarla, para
ayudarme a vivir lo que tenia que vivir y encargarse de que eso nunca cambie,
aunque para eso tenga dejar de vivir.
Mr. Owl se acercó,
me dirigió una última mirada y comencé a sentir como algo se enterraba en mi
cuello, para hacerme cerrar los ojos y entrar en una oscura y eterna soledad.